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Libros que hacen daño

—Es un libro nada más. Cógelo que no muerde. Aunque yo sé bien que eso no es siempre cierto y que algunos libros sí que muerden. Que muerden como lo haría la más feroz de las bestias, sin la menor piedad y produciendo el mismo daño, solo que sus dentelladas se nos vienen encima en forma de palabras y tinta. Como seguramente ocurra con el libro que me alarga Marta. —¡Venga! ¡Si estás deseando echarle un vistazo! —mi librera insiste con esa sonrisa de viernes que ella reserva para los buenos clientes o para las grandes ocasiones. Mientras me tienta poniendo el libro sobre el mostrador y lo va empujando un poco más hacia mí. A todas luces Marta debe andar divirtiéndose de lo lindo al imaginar las mil dudas que en este momento atraviesan mi cabeza. Al observar como mis manos retroceden para no tocar el volumen mientras que al mismo tiempo mis ojos lo devoran con tanta codicia como silencio. Supongo que nadie conoce mejor a un lector compulsivo que su librero de cabecera y Marta ll
Iniciamos, por fin, el camino de este blog. Algo que surge más que nada como una experiencia para probar los servicios de blogger y de cuyos contenidos, de momento, tampoco tengo una idea muy clara. El tiempo irá diciendo. Y poco a poco, o mucho a mucho, se verá el resultado. Valga por ahora como primera entrada.